Villa La Angostura
Por Federico Petrocco especial para Revista Latitud
La Patagonia Argentina es la máxima expresión de la belleza escénica. Es lagos cristalinos de agua turquesa, rodeados de abundantes bosques de pinos decorados con coloridas flores salvajes. Con un horizonte imponente también, de tonos tierra y picos nevados.
Es el sonido de una cascada llena de energía y al mismo tiempo la serenidad del canto de las aves. Es también sabores artesanales, dulces de bayas, chocolates y carnes ahumadas. En resumen, es naturaleza en primera persona y, para los ojos del viajero, es además aventura plena.
La Villa
En este texto voy a tomar como punto de referencia una pequeña ciudad que, para mí, es el resumen de todo esto, Villa la Angostura.
Se trata de un pequeño pueblo a unos 80 km al noroeste de Bariloche, la ciudad más cercana al aeropuerto.
El tamaño exacto de su casco urbano no lo recuerdo, pero no debe ser más extenso que 5 cuadras, más sus calles laterales.
Es pequeño pero tiene de todo, desde locales gastronómicos de pizzas o minutas hasta refinados restaurantes de comidas regionales. Tiene también comercios de recuerdo turísticos que en su mayoría venden artesanías, dulces, cervezas o escabeches.
No se puede dejar pasar una tarde sin tomar un chocolate caliente con una torta galesa en la pastelería más importante de la villa, Cucú Schulz.
Completan el paseo comercial los lugares dedicados al equipamiento que las actividades que la región requieren.
Alquiler de bicicletas, venta de insumos fotográficos y un sinfín de opciones para el sky, la actividad cabecera del invierno Patagónico, son algunos de los principales.
En el segundo cordón del casco histórico podremos encontrar una increíble variedad de posadas y hoteles. Los más chicos o familiares son los que están a mano y, en la medida que nos alejamos se comienzan a ver exclusivos resorts.
¿Qué se puede hacer?
La diversidad de actividades que la Patagonia tiene para ofrecer no tiene comparación con cualquier otra región de la Argentina. Cerca de La Angostura uno puede encontrar ríos, lagos, playas, montañas, bosques, y un sin fin de actividades naturales.
El Bosque de los Arrayanes
El Parque nacional Los Arrayanes, como su nombre lo indica, está dedicado a proteger este tipo de árboles tan particulares y además únicos en el mundo, los arrayanes.
Se puede llegar al parque por dos caminos que parten desde la Bahía brava, a 12 kilómetros del sitio.
El primero es un corto trayecto en ferry por la bahía San Patricio. El otro es el más interesante, se puede hacer a pie o en bicicleta, con guía o por cuenta propia y atraviesa 12 kilómetros de hermosos bosques antes de llegar a Arrayanes.
Recorrido de los 7 lagos
Es el más completo y popular de La Angostura, aunque sólo los más osados se animan a hacerlo completo en bicicleta. Su recorrido tiene un poco más de 200 kilómetros entre la ida y la vuelta.
Lo que resulta interesante de esta ruta es que da la posibilidad al viajero de integrar lo mejor de la región de un solo tirón. Los paisajes que acompañan el recorrido son hermosos de principio a fin, casi sin excepciones. Se lo llama el camino de los 7 lagos sin embargo, en el camino, se bordean más de 7, ellos son los lagos Nahuel Huapi, Correntoso, Espejo, Escondido, Villarino, Falkner, Hermoso, Machónico y Lácar.
Cerro Bayo
Este lugar se disfruta diferente de acuerdo a la temporada en la que se lo visite. En invierno es exclusivamente un importante centro de ski. Si no se es un amante de este deporte es recomendable visitarlo fuera de esta temporada, cuando se podrá disfrutar con mucha más libertad sus recursos naturales.
Cómo casi todo en La Angostura, se accede a través de un bosque. Desde la recepción salen aerosillas que nos llevan hasta la cima en un tranquilo y silencioso paseo. Si se quiere ver nieve en pleno verano este es el lugar para hacerlo, ya que las condiciones de la cima del cerro suele conservarla en ese estado durante todo el año. Desde allí también se puede tener una de las más impresionantes vistas del lago Nahuel Huapi.
Las Playas
La angostura tiene unas fantásticas playas que nada tienen que envidiarle a las de la costa del mediterráneo.
De agua tranquila y cristalina estas playas, a veces de arena y otras de piedras, invitan al viajero al descanso y la contemplación. Sin embargo, si somos un poco más inquietos podremos optar por hacer algún deporte de agua, como por ejemplo el kayak.
Las principales se encuentran en la Bahía Mansa, Puerto Manzano, Bahía Brava y las de los lagos Correntoso y Nahuel Huapi.
El lago espejo chico tiene también una playa escondida, que centra su encanto en su poca popularidad entre los no residentes.
Villa Traful
Uno de los pueblos favoritos entre los viajeros por su belleza es la Villa Traful.
Copia su nombre del lago al que bordea, uno de los más lindos del recorrido del parque Nahuel Huapi.
Una de las particulares que dan a esta villa su exquisitez son los bosques sumergidos en el lago traful. No se pueden ver desde la costa, por eso, quien quiera conocerlos deberá embarcarse en una de las lanchas que realizan esta mini excursión.
La infraestructura del pueblo es limitada pero suficiente. Algunos hoteles, o cabañas, un par de restaurantes que sirven delicias locales y algunos pocos servicios dan la opción al viajero a pasar la noche ahí.
La mejor actividad que puede hacer quien se quede en este pequeño paraíso Patagónico es la de alquilar una bicicleta y dedicarse a recorrer cada uno de sus miradores e innumerables bosques. Este es el lugar ideal si se quiere tener un intenso contacto con la naturaleza en su estado más puro.