El Chaltén: Comarca de Viajeros
Allá en el sur argentino, en los parajes más recónditos de la estepa Patagónica, se esconde el pueblo que representa lo maravilloso del turismo natural. Esta pequeña comarca de la que les hablo se llama El Chaltén, la meca del viajero caminante, de los ruteros y los mochileros, dueña de un entorno natural como pocos en el mundo.
El pueblo es pequeño, de tan sólo 1600 habitantes, con casitas de colores chapa y madera. Lo rodea una inmensidad de cerros y montes que en la primera línea son de tonos terracota, pero a medida que se alza la vista se descubren los picos más altos manchados de blanco, coronados por el imponente monte Fitz Roy.
La imagen completa es un poema de la creación con una belleza inimaginable, tan perfecta que a primera vista cuesta creerlo real.
El Chaltén es de esos lugares que no pueden explicarse con una fotografía, porque requiere ser vivido con los cinco sentidos.
Para la Argentina es la capital nacional de trekking, título al que hacen honor los interminables senderos que parten desde allí, serpenteando la montaña al ritmo del paisaje.
El Chaltén
El pueblo es una villa casi exclusivamente turística, que funciona como si fuera un gran campamento base, destinado a cubrir las necesidades de los montañistas y senderistas.
Alojamientos es lo que más hay y en todas sus presentaciones, como hoteles, hostales, camping y hasta espacios para autocaravanas. La mejor característica del pueblo es que cada construcción es diferente a la de al lado, tiene su propia impronta en estilo, colores y hasta materiales con las que está hecha.
Le siguen unos cuantos restaurantes que ofrecen desde minutas hasta sofisticadas delicias locales (como el cordero asado). Las panaderías están a la orden del día y por las noches unas cuantas cervecerías.
En menor medida podremos encontrar tiendas de indumentaria de montaña, donde se pueden conseguir todo lo necesario para las actividades de la zona, incluso mapas y accesorios también.
Hablemos ahora del carácter del pueblo, la dinámica de cada día.
En El Chaltén se amanece temprano. Los senderos principales demandan largas caminatas y los amantes del trekking saben que siempre es conveniente volver con luz.
Entre las 6 y las 9 de la mañana podremos ver viajeros hacia cada dirección. Lo mismo sucede durante la noche, la hora de la cena suele ser la más concurrida.
En contrapartida durante la tarde El Chaltén se convierte en un pueblo fantasma. Como la mayoría de los viajeros se encuentra explorando la naturaleza muchos de los comercios aprovechan para cortar para una larga siesta. Algunos comercios ni siquiera abren por la mañana.
Cómo se llega
Un solo camino conduce a este remoto valle, la ruta 41. Ya sea que viajemos en autobús, en auto o bicicleta a El Chaltén sólo se llega por tierra.
Se debe tomar primero un vuelo desde Buenos Aires o Ushuaia hasta el Calafate y desde ahí conectar por ruta. Si optamos por ir en autobús podremos hacerlo desde la terminal de la ciudad o directamente desde el aeropuerto. El viaje dura aproximadamente 3 horas y en ocasiones con parada en la estancia «La Leona».
A tener en cuenta (que llevar)
Antes de viajar a El Chaltén hay que tener ciertas consideraciones respecto a qué llevar y cómo organizar la estadía.
Lo primero a tener en cuenta es que ropa llevar. Tanto para el invierno como para el verano necesitaremos todo tipo de vestimenta. Si bien esta región es de tendencia fría, para las actividades que se realizan aquí es conveniente vestirse por capas (muchas capas de ropa liviana). Recomiendo en lo posible que sea impermeable y desmontable.
El calzado de Trekking impermeable es indispensable, sin eso no es posible recorrer los senderos hasta el final.
Una mochila suficiente para las excursiones también será de utilidad, ya que las rutas son duraderas y demandan llevar comida y agua.
Respecto a cuándo ir y cuanto tiempo. La época ideal es de Diciembre a Marzo, cuando todas los senderos se encuentran habilitados. 5 días es el mínimo de tiempo que recomiendo, pero por supuesto, si puede ser más mejor.
Los senderos
El pueblo de El Chaltén es el principal punto de salida de excursión. A diferencia de otros destinos de trekking en el Chaltén no hay que trasladarse en vehículo hasta el inicio del recorrido. Desde allí se ramifican como en un hormiguero los diferentes senderos con destino a los mejores miradores, lagos y cerros de esta zona de la cordillera de los Andes, incluido el mismísimo monte Fitz Roy.
El principal recorrido, o por lo menos el más popular, es el sendero que lleva dirección a la «laguna de los tres», al pie del Monte Fitz Roy.
El recorrido parte desde el final de la avenida San Martín, la calle principal de El Chaltén. Desde allí se desprende un camino de aproximadamente 12 kilómetros, de los cuales 11 son de dificultad moderada y uno, el último, muy alto.
Comienza con un ascenso constante por una colina hasta llegar al mirador del valle del río de las vueltas. Unos kilómetros más adelante el camino se divide en dos diferentes que inmediatamente se vuelven a juntar. El primero se dirige hacia el mirador Fitz Roy, el otro hacia la laguna Capri.
Luego el camino se transforma en un hermoso valle casi llano, con algo de bosques de ñires, un afluente arroyo de deshielo, y un paisaje lunar de piedras blancas también.
Nos acompaña durante todo este trayecto la cima del Fitz Roy, el Cerro torre y un inmenso glaciar, el piedras blancas.
Antes de ingresar a el último kilómetro un cartel nos advierte que lo que resta del camino es sólo para personas en buen estado físico, calzado adecuado, y algunas condiciones más.
Esta parte es muy sacrificada, pero se justifica al llegar a la cima.
Siempre digo en estas circunstancias que «la satisfacción que se logra al alcanzar la meta es la suma del esfuerzo acumulado en cada paso por el sendero», y este es el mejor ejemplo.
La vista del monte Fitz Roy, junto con la laguna de los tres es de esas imágenes que se graban para siempre en la memoria como una postal.
El recorrido completo suele demandar entre 8 y 10 horas a ritmo tranquilo con algunas paradas.
Quienes todavía conserven energía y tiempo para una travesía larga más, suelen elegir como segundo camino el sendero a la Laguna Torre.
El acceso en este caso es desde la mitad del pueblo. Como el anterior, comienza con un ascenso por la colina en un paisaje de bosque inclinado, hasta llegar al mirador del cerro torre. La composición se completa con el cordón Adela, y las agujas de granito circundantes.
Siguiendo el camino, unos kilómetros adelante cruzaremos el campamento base DeAgostini en ascenso hasta el final del recorrido. La particularidad de esta Laguna son los témpanos de hielo que se desprenden del enorme glaciar que la rodea.
Este recorrido de dificultad media recorre unos 20 kilómetros entre la ida y la vuelta, distancia que suele demandar entre 8 y 9 horas.
El último de los tres grandes circuitos que parten de El Chaltén es «la loma del pliegue tumbado».
Este recorrido es el más difícil, ya que su camino de 21 kilómetros es en constante ascenso. Sin embargo, se lo considera también el de las mejores vistas del valle.
A diferencia de los anteriores este recorrido comienza en el centro de visitantes del Parque nacional, cruzando el puente de acceso al pueblo.
Es también uno de los más extremos, ya que la ausencia de árboles expone al caminante a un viento considerable, sin mencionar los 1100 metros de ascenso, un verdadero desafío. El resultado después de esta hazaña es una espectacular vista de la cordillera de los Andes con los picos del Fitz Roy como protagonistas. Se llega a ver también el lago Viedma desde allí.
Si volvemos al centro de visitantes, pero esta vez seguimos el sendero opuesto al anterior podemos encontrar dos recorridos panorámicos mucho más cortos, el mirador de los Cóndores y el de las águilas. El primer mirador demanda unos 20 minutos de camino, mientras que el segundo tal vez 30 más.
Desde este mirador es fácil observar el danzante planeo de los Cóndores Andinos, además de una de las mejores vistas aéreas de El Chaltén.
Un recorrido corto más se desprende de las sendas del pueblo, pero esta vez la meta es una cascada. Se llama chorrillo del salto y queda a sólo 3 kilómetros y algo más desde donde empieza la ruta 23. El camino es plano, muy fácil y se puede hacer por sendero peatonal o bien caminando por la ruta.
Estos son los principales trekking de El Chaltén para los aventureros caminantes.
Los amantes del cicloturismo, los que buscan desafiar sus límites sobre dos ruedas, tienen a su disposición circuitos paisajísticos. El desafío más fuerte a mi criterio es la ruta al Lago del Desierto. Una travesía dificultosa por ripio a través de 72 kilómetros (ida y vuelta) por la ruta 23. No será necesario hacerla de corrido ya que el mismo entorno irá sugiriendo algunas paradas panorámicas. El camino atraviesa desiertos, montañas, lagos, puentes y bosques casi verticales, todo esto acompañado por un increíble paisaje andino.
Al finalizar el recorrido tendremos dos opciones de caminata, un sendero que borde el lago del desierto u otro con dirección al glaciar Huemul.
Existen agencias que organizan traslados en vehículo hasta el lago, con vuelta en bicicleta, si nuestro estado físico no es muy competitivo, o bien no queremos cansarnos de más.
Visitar El Chaltén es toda una aventura. Resulta difícil imaginar, antes de visitarlo, que este pueblo tan pequeño pueda tener tanto para hacer y de tan inmenso valor.
Me arriesgo a decir que un viaje a este paraje natural puede hacernos replantear nuestras más íntimas prioridades.