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Calafate y el glaciar Perito moreno , por Federico Petrocco


Calafate y el glaciar Perito moreno

Por Federico Petrocco, especial para Revista Latitud

El Calafate es una ciudad turística de la provincia de Santa Cruz en Argentina. Está ciudad no tiene es si misma algún atractivo relevante para el viajero. Está rodeada de un desierto rocoso, el clima es frío y muy ventoso y además la amabilidad hacia el turista se suele hacer esperar. Paradójicamente, a pesar de sus características, es uno de los destinos más populares del turismo internacional argentino. Entonces ¿Por qué sucede? Esto es porque a sólo unos 80 kilómetros de ahí se encuentra el parque nacional los glaciares, una de las maravillas naturales del patrimonio natural argentino. 

El campos de hielo Patagónico sur es una inmensa masa de hielo que da testimonio de una era en la que la tierra era muy distinta a la que hoy conocemos. 

Glaciar Perito Moreno

Comencemos viendo como llegar hasta acá. 

El aeropuerto más cercano es el de El Calafate, a unos 20 minutos de la ciudad. Hasta él llegan solamente vuelos de cabotaje, puntualmente desde Buenos Aires y Ushuaia. 

Los viajeros que lo utilizan no sólo lo hacen para visitar el glaciar, sino también algunos que siguen viaje a El Chaltén. Desde aquí uno puede conectar directamente con Parque nacional los glaciares y El Chaltén, sin necesidad de pasar por El Calafate. 

De hecho, algunas agencias de viajes ofrecen paquetes, para los viajeros más apurados, que no requieren de noches de hotel, es decir, el turista llega al aeropuerto a la mañana, visita desde ahí el glaciar y vuelve para el vuelo de la tarde rumbo a la siguiente ciudad. 

Ruta de El Calafate

El Calafate 

Como decía unos párrafos más atrás, la ciudad de El Calafate no tiene mucho atractivo en sí misma. Es una ciudad pequeña en un valle llano y muy poco arbolado, lo que facilita el ingreso de fuertes vientos. 

En el horizonte no deslumbra tampoco con algún relieve relevante, solo el inicio del lago argentino se destaca en uno de sus extremos. 

La vida de la ciudad gira en torno a su única avenida comercial, donde se encuentra la totalidad de los servicios turísticos. 

En ella abundan los restaurantes y cafés, las agencias de viajes y alguna que otra tienda comercial. 

La vida parece aquí parece comenzar después de las 4 o 5 de la tarde, horario en el que los turistas regresan de sus excursiones. Antes de eso, lleva la vida de cualquier otro pueblo Argentino, la mínima actividad peatonal. 

Si durante nuestra visita al glaciar decidimos pasar una o dos noches en la ciudad, será tiempo suficiente como para disfrutar de todas del menú calafateño. 

Lo primero y más importante que podemos hacer es el parque municipal…. Una porción del lago Argentino, dedicada a la interpretación de las aves y flora autóctona. 

El recorrido no lleva más de 2 horas de caminata tranquila, tiempo suficiente incluso para sentarse a contemplar las aves. 

Calafate

Justo al lado de este recorrido se encuentra la rambla que bordea al mismo lago. Una playa de arena amarilla lo subraya en algunos de sus extremos. Son playas para caminar o sentarse a tomar mate más que para veranear, ya que el clima suele ser frío durante gran parte del año y, además, él es bastante frío. 

El Calafate cuenta también con algunos museos y centro de interpretación. De estos últimos el más importante es el Glaciarium que, como su nombre sugiere está dedicado a complementar la información sobre la vista al glaciar. 

En la avenida principal hay también un curioso museo del juguete, que está bien para cuando no sabemos qué más hacer.

Lo mejor que se puede hacer en El Calafate es comer. Los restaurantes de la zona ofrecen una fina variedad de sabores regionales, donde se destaca el cordero Patagónico. Este último es uno de esos platos obligados cuando se visita la Patagonia. Sale muy bien acompañado de unas papas con verduras y un buen vino andino.

Mi parte favorita de El Calafate es la ruta que rodea el lago…. Con destino a El Chaltén. 

Ni bien se sale un poco de la ciudad se empieza a descubrir el encanto de la cordillera de los Andes. La llanura de la estepa Patagónica, bañada de rebaños de vicuñas y el vivo azul del lago hacen de este paisaje un verdadero paraíso. 

No está de más, si el transporte lo permite, detenerse en algún punto de la ruta. Se puede sentir sentado frente a la inmensidad de ese imponente paisaje como el tiempo se detiene por completo, una verdadera experiencia sensorial. 

A mitad del Este tramo de la ruta nacional 40 encontraremos una estancia totalmente desconectada de algún otro poblado. Se llama «la leona» y es parte del patrimonio de la provincia desde 1894. Esta estancia recientemente remodelada cuenta además con una pulpería, un almacén de ramos generales y un pequeño museo.

La Leona

El Glaciar Perito Moreno

Ahora si vamos a entrar de lleno en una de las maravillas naturales más importantes de la Argentina y del patrimonio mundial también, el Parque nacional los Glaciares. 

Esta prehistórica masa de hielo eterno tiene el potencial de congelar los sentidos ni bien comienza a aparecer en el horizonte. La infinita inmensidad del paisaje nos lleva a un plano de humildad sobre la grandeza del mundo que nos rodea. 

Hablar del parque nacional los glaciares es sumergirse en un viaje al pasado, más específicamente a la era en la que la tierra era por sobre todo hielo. 

Si bien lo que se puede observar desde este parque es sólo una muestra del glaciar, la totalidad de los campos de hielo del sur. Tienen una superficie de 2600 km2 de hielo ininterrumpido, contenido por las paredes y la altura de la cordillera de los Andes. 

El recorrido del parque se recorre en 4 circuitos que suman un total de más de 4 Km de senderos. Todos giran en torno a la parte visible del glaciar Perito Moreno.  Desde sus balcones y miradores se pueden observar las grietas y texturas, además de sus interminables tonalidades de turquesas y azules.

Glaciar Perito Moreno

El frente del glaciar sobrepasa los 60 metros sobre el nivel del agua, desde los balcones más altos se puede observar también su interminable superficie. 

El espectáculo más sorprendente es el estruendo que recorre el bosque que lo rodea cada vez que un sector del glaciar se desprende, una pequeña muestra de la fuerza de la naturaleza. 

Además del sendero, este glaciar se puede recorrer en catamarán o incluso caminar sobre él. La primera opción es un recorrido de aproximadamente 1 hora y media donde se navega en las inmediaciones de la pared principal, donde se puede tener verdadera magnitud de su altura. 

Calafate

El Trekking por su superficie es la experiencia máxima. Provisto del equipamiento adecuado se accede al glaciar desde su lateral. Desde allí se realizan caminatas de hasta 6 horas, eso sí, el precio puede llegar a ser prohibitivo. 

Existe momento mágicos que en cada viaje se graban por sobre los demás en nuestra memoria emotiva. Para mi, estar sentado en uno de sus miradores, con un mate y el sonido del crujido del hielo es uno de estos momentos. Esta imponente maravilla de la naturaleza tiene la fuerza suficiente para grabarse para siempre en el recuerdo de cualquier viajero.





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