Cultura y tradición en La Vera
Por Traveleando por el mundo especial para Revista Latitud
Extremadura es la comunidad autónoma de España que guarda más lugares desconocidos a los ojos del turista promedio. Por eso, los que somos de aquí, estamos siempre dispuestos a mostrarles los lugares más recónditos de nuestro paraíso a quienes quieran visitarlo.
En la guía que hoy te traemos, queremos que conozcas la comarca de La Vera, por una sola carretera que te llevará a los rincones más bonitos del norte de Extremadura, la verdadera cultura y tradición en la Vera.
ARROYOMOLINOS DE LA VERA
El recorrido por la comarca de Vera lo empezaremos por Arroyomolinos. Este es el pueblo más simple del conjunto, sin embargo se destaca por su tradición.
La mayoría de los pueblos de la Vera tienen una fiesta con cientos de años de historia y son tradiciones que van pasando de generación en generación. En el caso de Arroyomolinos de la Vera, la fiesta más típica es el carnaval que tiene como protagonistas a “Los mascarones”. En esta curiosa fiesta, las personas se disfrazan con sacos de arpillera y se tapan la cara con una tela blanca para que no se les conozca.
Durante los días y sobre todo las noches que dura el carnaval, se dedican a asustar a la gente que va por la calle y en ocasiones entran en las casas para llevarse los chorizos y descolocar un poco todo lo que encuentran a su paso. Otro de los secretos que la comarca de La Vera mejor guarda son sus gargantas rocosas, donde el agua cristalina que baja del deshielo de la montaña corre entre peñascos y se desliza entre las rocas formando pozas y riachuelos.
Casi todos los pueblos de la zona tienen gargantas para visitar visitar. En Arroyomolinos de la Vera puedes visitar “La garganta de la desesperá”.
PASARÓN DE LA VERA
El siguiente pueblo que vamos a recorrer es Pasarón de la Vera, una antigua villa medieval fundada en el s. XIII. No puedes abandonar esta localidad sin ver el Palacio de los Manrique Lara, que fue mandado construir por Garci-Fernández Manrique de Lara en el s. XVI y destaca por su estilo italiano. Ahora, si te gustan los órganos, no te puedes perder la Iglesia del Salvador del en la que se exhibe el suyo junto con su retablo mayor.
JARAIZ DE LA VERA
De todos los pueblos de La Vera, este es quizás el más grande, pero no por eso pierde lo esencial de la arquitectura de la zona; de hecho no puedes perderte su plaza porticada de estilo renacentista. Es famosa también por sus fiestas. Las principales son las fiestas del tabaco y del pimiento, ya que son los cultivos más comunes de la zona. Esto sucede del 12 al 15 de agosto, si tienes la oportunidad visitala en estas fechas. Sí, has leído bien, son como los de Pamplona, pero en un pueblo más pequeño.
La otra fiesta famosa de aquí es la concentración motera que se celebra el último fin de semana de julio. Si eres un apasionado de las motos, no te puedes perder esta cita en la que las calles se plagan de motos provenientes de cada rincón geográfico de España.
El otro atractivo del pueblo es su Lago. De este solo podemos decirte que es como estar en la playa, pero en mitad de Extremadura y con el agua mucho más fría. Como no puede ser menos este lago también tiene su propio festival de música electrónica.
GARGANTA LA OLLA
Si te desvías en la carretera principal y te adentras entre los frondosos árboles llegarás a Garganta la Olla, un pueblo característico por su arquitectura civil de los siglos XVI y XXVII.
Se sitúa en la ladera de la sierra de Tormantos y está rodeado de una intensa vegetación está Garganta la Olla.
Pasear por su casco antiguo es trasladarse a otra época, por su arquitectura popular tan típica de la zona. Algunos referentes son la casa de La Peña, la «Casa de las muñecas» que es un antiguo prostíbulo característico por el color azul de su fachada, y la iglesia de San Lorenzo construida entre 1560 y 1573 bajo la orden del Obispo Pedro Ponce de León.
Un lugar que a mí me gustó mucho cuando estuve fue el Museo de la Inquisición, donde podrás ver todo tipo de instrumentos de tortura en una visita guiada en la que te contarán toda la historia de aquellos años.
Este pueblo tiene una leyenda muy interesante, llamada “La leyenda de la Serrana” e incluso tiene un día en su honor, en el que se realizan rutas de senderismo. La leyenda cuenta la historia de una mujer que embaucaba a los hombres y se los llevaba a una cueva para hacer el amor con ellos. Después los mataba y coleccionaba sus huesos.
CUACOS DE YUSTE
Este ha sido siempre un lugar de paso para reyes y emperadores. Por ejemplo, los reyes católicos realizaban frecuentes visitas a esta población. Por su arquitectura popular se puede destacar la Iglesia del s.XV de Nuestra Señora de la Asunción declarada Monumento de Interés Cultural y en la que destaca su retablo neoclásico y su órgano del s.XVI. También podrás visitar la Casa Natal de Juan de Austria, que era conocido como Jeromín, el hijo de Carlos V y Bárbara Blomberg.
En los alrededores de Cuacos de Yuste tienes algunos lugares muy interesantes, que se pueden conocer haciendo la Ruta del Emperador. Esta ruta une los 10 km que hay desde el Castillo de los Condes de Oropesa en Jarandilla de la Vera y el Monasterio de Yuste.
Otro lugar que también merece una parada es el Monasterio de San Jerónimo de Yuste, un monasterio que mezcla los estilos gótico y renacentista y que fue construido en 1402.
No muy lejos del Monasterio se encuentra el cementerio alemán de la I y la II Guerra Mundial. En 1980 se iniciaron las obras de este cementerio cuya finalidad es reunir todos los cuerpos de los soldados, aviadores y marinos alemanes, fallecidos en España durante la Guerra, en un solo lugar.
ALDEANUEVA DE LA VERA
Este pueblo es famoso por su producción de pimientos y por su magnífica garganta de San Gregorio, que todavía mantiene un puente del periodo romana.
La mejor época para visitar este pueblo es el 7 de diciembre, que es cuando se celebra la fiesta del Viva-Viva. Desde la mañana se empiezan a preparar las hogueras que serán la única iluminación al caer la noche. Los jinetes a lomos de sus caballos serán los encargados de recorrer las calles con antorcha en la mano acompañando a la Virgen de la Inmaculada para ir iluminando el camino.
JARANDILLA DE LA VERA
Es donde el Emperador Carlos I de España y V de Alemania pasaron sus días antes de trasladarse al Monasterio de Cuacos de Yuste. ¿Te acuerdas de la ruta del Emperador de la que te he hablado antes? Pues es aquí, en Jarandilla, donde empieza. En concreto pasó esos días en el castillo de los Condes de Oropesa, actual Parador turístico de mediados del s. XV. Por lo que si quieres pasar una noche como un auténtico Emperador, este es tu sitio.
Lo que hace famosa a esta localidad es su fiesta, de Interés Turístico Regional, llamada “Los escobazos”, las más famosas de la zona. En las noches del 7 al 8 de diciembre se reúnen todos los vecinos en la plaza mayor, se visten con ropajes que les protege del fuego y llevan consigo escobones a los que más tarde encenderán. Serán estas escobas las que usarán para golpear a todo aquel que se cruce en su camino mientras acompañan a la virgen, la cual irá junto a un jinete a lomos de un caballo durante todo el recorrido.
VALVERDE DE LA VERA
Este es uno de los pueblos de la Comarca de la Vera que ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico, por su arquitectura, como te puedes imaginar. De la que no te puedes perder su plaza mayor con la famosa fuente de los cuatro caños, el Castillo de Nuño Perez o el Rollo Picota, en honor a las cerezas picotas tan cultivadas en estas tierras. Pero por lo que más se conoce Valverde de la Vera es por su fiesta declarada de Interés Turístico Regional y Nacional: “Los empalaos”. Seguro que el nombre te suena raro, pero ahora te explicamos de qué se trata.
La historia cuenta que esta celebración se remonta a finales del s. XVI y que fue creada por la antigua cofradía de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, a la que después se le añadió de la Vera Cruz y que finalmente terminó llamándose de los Empalaos. Y es que “El empalao” era un hombre que realizaba la promesa de ir junto a la procesión acompañado por el hermano de la luz, actualmente llamado cirineo. Pero, ¿en qué consistía la promesa? Pues la madrugada del jueves al viernes santo, los empalaos llevan sobre sus hombros desnudos un tronco de madera que hace la función de cruz.
El penitente se deberá desnudar de cintura para arriba y se le rodeará todo el torso y los brazos con sogas, que serán las que amarren el tronco. De cintura para abajo llevará unas enaguas e irá descalzo. Y para finalizar se le colocará un velo sobre la cabeza y encima una corona de espinas y dos espadas en forma de aspas que van desde la nuca hacia la espalda. Por si todo esto te ha parecido poco, en cada lado del tronco se cuelgan unos aros de hierro que irán sonando entre el silencio característico de la procesión.
Los empalaos nunca van solos, ya que un cirineo acompaña siempre a cada empalao vestido con una capa antigua y portando un farolillo de aceite en la mano para ir iluminando el camino. Uno de los momentos más bonitos es cuando al doblar una esquina se produce el encuentro dedos empalaos, ya que en señal de respeto mutuo se arrodillan el uno frente al otro antes de continuar con su camino. Los momentos más emocionantes de esta penitencia que se sigue representando año tras año con el mismo realismo y respeto que entonces son “el caminar de los empalaos” y “el cruce de los empalaos”.
VILLANUEVA DE LA VERA
Villanueva de la Vera es uno de los pueblos con el casco antiguo más bonito de la comarca. Las calles estrechas en las que los tejados de las casas que casi se chocan y el agua corriendo entre su empedrado, buscando un sitio donde desembocar, hacen que cualquier persona que pise este pueblo se enamore. Por ese motivo su casco antiguo ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico.
La fiesta de este pueblo también es muy famosa, se llama “El Peropalo”. Fíjate si es importante para ellos esta fiesta que tienen hasta un dicho: “En Villanueva de la Vera y en días de Carnaval, el Peropalo pasea entre alegrías y judías”. Esta fiesta es quizás la que mayor tradición tenga de toda la zona. Todo empieza el domingo de quincuagésima cuando los peropaleros, que suelen ser los quintos de ese año, anuncian la llegada de la fiesta paseando la cabeza del Peropalo por todo el pueblo, acompañados de todos los vecinos que salen a recibirlo.
El siguiente paso se da la víspera del domingo de Carnaval, cuando los peropaleros después de haber confeccionado el cuerpo del Peropalo en un lugar secreto y bajo un ritual de canciones y sonidos de tambores, le pasean por las calles de Villanueva de la Vera hasta llegar a la plaza donde será colocado en un pedestal entre llantos y bailes. El paseo por las calles se repite durante varios días hasta que llega el momento de la judía, cuando los peropaleros y sus allegados se colocan en dos grupos, uno frente a otro, dejando en medio al Peropalo.
Acompañados por la melodía de los tambores se unen los dos grupos para disputarse el Peropalo, hasta que al final la mayoría termina por los suelos. Tras todo este meneo el pobre Peropalo es condenado a muerte por traición la mañana del martes de Carnaval.
La sentencia la anuncia un jinete que a lomos de un burro recorre las calles de Villanueva de la Vera escoltado por la justicia, los cuales van disparando salvas al aire para que todo el mundo se entere. El recorrido termina en la casa del Capitán donde se le hace entrega de la bandera que más tarde tendrá que jurar.
Y es que antes de que la sentencia sea ejecutada se realiza el ofertorio, donde los ofertantes son golpeados por los calabaceros. Se les llama así porque llevan un palo al que van atadas varias calabazas que han estado secando durante parte del año. A la vez el Peropalo recorre las calles del pueblo acompañado por el capitán y la capitana que ya visten los trajes típicos para despedirse del Peropalo y se dirigen hasta la plaza. Es aquí donde se realiza la jura de bandera, un gran círculo se abre para que el capitán demuestre su habilidad moviendo la bandera y termina cuando ese mismo círculo se cierra y lanzan por los aires al capitán.
Y por fín le llegó la hora al Peropalo, a las seis de la tarde se le quema en mitad de la plaza entre los llantos de unos y las alegrías de otros. Aunque la cabeza se guarda antes de ser quemada por el capitán de la fiesta hasta el año que viene.
Como puedes ver, la Comarca de la Vera es un lugar lleno de secretos, lugares increíbles y fiestas ancestrales con tradiciones que tienen cientos de años de historia. Un destino seguro que desconocido para la mayoría de los lectores, pero a la vez ese viaje que nunca se olvida y del que siempre guardas un buen recuerdo