Descubre Frenessí: El Secreto Gastronómico de Puerto Madero
En una calle discreta de Puerto Madero, detrás de una puerta sin letrero, se encuentra Frenessí, un restaurante que redefine la experiencia culinaria en Buenos Aires. No es solo una cena; es un viaje sensorial donde gastronomía, arte y tecnología se entrelazan para crear un espectáculo inolvidable.
1. Un Viaje Sensorial en Nueve Pasos
El recorrido comienza con un anfitrión que da la bienvenida a los comensales en una sala blanca y minimalista, diseñada para solo 16 personas alrededor de una gran mesa central. En cuestión de segundos, este espacio neutro se transforma: luces, aromas y música generan un ambiente dinámico y cambiante. Cada plato es acompañado por un universo visual y sonoro que transporta a los comensales desde los glaciares de la Patagonia hasta el cálido abrazo de la selva misionera.
2. La Cocina Tecnoemocional: Una Revolución Gastronomía
Frenessí introduce en Argentina el concepto de cocina tecnoemocional, donde cada bocado está diseñado para activar emociones. Su menú degustación de nueve pasos, sin carta fija, sorprende y cautiva al paladar, utilizando ingredientes locales transformados en obras efímeras que juegan con texturas y sabores innovadores.
3. Un Equipo Multidisciplinario Detrás de la Experiencia
La propuesta está liderada por Grupo Seratta, un equipo de expertos que incluye chefs, sommeliers, bartenders, ingenieros, y artistas visuales. La sala está equipada con tecnología Dolby Atmos, que ofrece un sonido tridimensional, convirtiendo cada cena en una inmersión total.
Sam Sánchez Lamas, Director Operativo de Frenessí, dice: “El desafío fue más allá de cocinar; buscamos construir emociones comestibles. Queremos que nuestros comensales no solo cenen, sino que sueñen y se emocionen. Si no emociona, no funciona”.
4. Vive el Futuro de la Gastronomía Hoy
Cada detalle en Frenessí, desde los aromas hasta la presentación, está diseñado para estimular los sentidos y conectar emoción con sabor. Este restaurante no se anuncia; se descubre, y quienes tienen la fortuna de experimentarlo rara vez lo olvidan.