por Federico Petrocco, especial para revista Latitud
Una ciudad que asciende sobre las colinas irregulares del cerro nevado, coronada por una fortaleza de evidente herencia Nazarí.
Formada con lo mejor de dos culturas, rivales, comúnmente conocidos como moros y cristianos. Se llama Granada, y así se define desde una mirada periférica, como si se la viese desde el mirador de San Nicolás. Sin embargo si se la mira desde cerca, si se la recorre, se descubre su verdadera cara, su parte más íntima. En cada rincón de la ciudad se respira la cultura Gitana en su máxima expresión. El rasgueo rápido de una guitarra, el zapateo sobre un tablao, una sangría y las apasionadas charlas en voz alta de los locales, en fin, sobra pasión en Granada.
Su otra cara parece una escena sacada del cuento de Alí Babá. Zonas completas dedicadas a la gastronomía del norte de África y a las maravillosas creaciones de los artesanos árabes, como si fueran bazares marroquíes.
¿Cómo Moverse?
A Granada se llega por tierra. Si bien existe un aeropuerto en las cercanías de la ciudad, la mayoría de los viajeros integran esta ciudad como parte de un recorrido por la región de Andalucía, al estilo road trip.
Además, las principales ciudades de España, como Madrid, Valencia, Sevilla o Barcelona tienen servicios de trenes de Renfe a su estación. Aunque no abundan, siempre contaremos con por lo menos un servicio diario. Lo mismo pasa con los autobuses de las compañías Alsa y avanza, pero con mucha más frecuencia.
Moverse por Granada es mucho más fácil. Si bien la ciudad es bastante grande, lo que interesa a los viajeros se encuentra casi en su totalidad en su casco histórico, lugar también con mayor oferta hotelera. Por este motivo resulta cómodo recorrer Granada a pie. Por otro lado, si quisiéramos salir un poco más lejos podremos hacerlo con los servicios del tranvía y los autobuses.
¿Dónde DORMIR?
De primera mano Granada es una ciudad turística, y como tal la oferta hotelera es abundante. Hostales compartidos, habitaciones particulares, hoteles tradicionales y boutique, la ciudad lo tiene todo. La mayoría de estos se encuentra en las inmediaciones al casco histórico y los barrios periféricos de Sacromonte y Albaicín.
Además de todo esto Andalucía tiene un tipo de alojamiento adicional con su propia impronta, los Riad. Casas de estilo colonial, con patios centrales descubiertos y decoración nazarí, una verdadera belleza. Generalmente son más caros pero, si se viaja por pocos días, vale la pena pasarlos ahí.
Respecto a la zona, si lo que queremos es algo de relativa calidad a bajo costo tendremos que empezar la búsqueda por la calle Elvira, la árabe. No sólo es conveniente el precio en el alojamiento sino también los restaurantes, mercados y servicios, como por ejemplo lavanderías.
Lo que no podés DEJAR DE VER
Sin lugar a dudas el punto de interés más popular de la ciudad es el complejo de la Alhambra, el último bastión del Reino nazarí.
Sin embargo, este sólo representa una parte de su pasado, de su herencia, muy diferente a su vez con la personalidad de Granada en la actualidad.
De este modo, resultará práctico dividir el contenido en 3 partes. Las primeras dos refieren a sus momentos históricos predominantes, el reinado nazarí y el de los reyes católicos, mientras que la tercera pertenece a la cultura Gitana.
Como ya dijimos, la constitución de Granada, como se la ve hoy en día, se debe a dos etapas históricas particulares. Si bien la región está poblada desde mediados del siglo VII antes de Cristo, no fue relevante hasta la creación del reino de Granada, durante la era Nazarí (1238 – 1492). Esta sería la primer etapa relevante, durante la cual se construyó la Alhambra, entre otras.
Algunos referentes sobre esta cultura, para visitar son:
El Zoco Nazarí (alcaicería) es una zona comercial con pequeños comercios que venden en su mayoría artesanías marroquíes. Esto se encuentra en en las inmediaciones a la catedral, en pleno casco histórico. Muy cerca de este lugar podremos visitar el palacio de la Madraza, la primer universidad pública de Al-andalus.
Dentro del complejo de la Alhambra podremos encontrar los sitios más destacados y mejor conservados de la cultura nazarí. El primero fue la villa que habitaban los reyes de esta cultura como lugar de descanso, el Generalife.
El Palacio de los Comares y el de los Leones, junto con sus anexos se los conoce como palacios nazaríes. Debemos visitarlos si se quiere conocer el hito más destacado de la ciudad de Granada, el Patio de los Leones. Antes de terminar con el recorrido de Alhambra debemos no debemos dejar de pasar por la Alcazaba, una fortaleza del siglo XIII con impresionantes vistas panorámicas de la ciudad.
Volvemos al exterior de la Alhambra para visitar dos referentes nazaríes más. El primero es el Corral del Carbón, la única alhóndiga nazarí conservada en su totalidad.
Para finalizar nos trasladamos al barrio de Albaicín para visitar el Palacio Dar-al-Horra, destacado por ser la primer residencia de quien fundase la dinastía nazarí.
La segunda etapa comienza durante su conquista por los reyes católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. El último bastión de la cultura musulmana en la península ibérica termina con la toma de Granada en enero de 1492.
Durante los años posteriores, si bien se conservaron las maravillas arquitectónicas de aquel reino caído, no fue así con el culto, puesto que se obligó a musulmanes y judíos a convertirse al catolicismo.
De esta etapa de la historia podremos destacar como epicentro turístico a la capilla Real de Granada, donde se encuentra la mismísima tumba de los reyes católicos. Dentro del complejo de la Alhambra, además de los ya nombrados referentes nazaríes, podremos encontrar también uno muy importante posterior, el Palacio de Carlos V. Fue la primera residencia permanente de un rey católico dentro de la ciudad musulmana.
Granada es sinónimo de flamenco, en realidad, de todo lo que tiene que ver con la cultura Gitana. Se evidencia en cada calle cuando encontramos a alguien tocando una guitarra o zapateando sobre una tabla. También se hace notar al pasar por un parque, plaza, bar o tablao, donde se escuchan sus características eufóricas charlas a voz alta, con voces tan superpuestas que pareciera un idioma extranjero.
La experiencia cultural real es muy difícil de vivir, ya que la comunidad las vive a puertas cerradas en la privacidad de sus hogares.
Sin embargo, se puede vivir la experiencia completa de otro modo. Para ello es recomendable almorzar en un bar de tapeo, de los que usan los lugareños, y por la noche visitar por lo menos un tablao, de los de Albaicín de ser posible que son los más auténticos. Ver una sesión completa de flamenco mientras disfrutamos de una sangría o un tinto de verano, eso sería la experiencia más Gitana que a la que un turista pueda acceder.
Otros puntos imperdibles de la ciudad que no podremos pasar por alto son, la carrera de Darro, el barrio de Sacromonte y Albaicín, con el mirador de San Nicolás. El primero es una callejuela en la parte histórica de la ciudad, junto al río. En sus inmediaciones se presentan artistas callejeros del flamenco y otras disciplinas.
Sacromonte y Albaicín son dos barrios propicios para perderse entre sus callejones que bajan y suben. El recorrido no estará completo si no paramos a comer en alguno de sus tablaos o bares de tapas y contemplamos el atardecer desde el mirador de San Nicolás.