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La luz de Cáceres, Ciudad Medieval – Asturias


LA LUZ DE CÁCERES, CIUDAD MEDIEVAL

Por Juan de la Cruz Gutiérrez, especial para Revista Latitud

El viajero se llena de luz en sus pasos por la ciudad Medieval de Cáceres. Siempre inmensa, intensa. Siempre caminando contigo Cáceres, entre bellas luces de eternidad que se expanden por la calma del amanecer, por el sosiego cuando los pasos trascienden por el atardecer, en los paseos, de puntillas, por sus noches de admiraciones contemplativas, cuando el alma se serena y se radiografía, sublime, la luz Cáceres.

El viajero se llena de Cáceres abrazándose al trasluz primaveral. Un haz de tonalidades amarillentas, azules, naranjas, malvas, rojizas, grises, oscuras, blanquecinas, que se dan cita una y otra vez con ese pálpito de quien encuentra la vida como fuente de luz de Cáceres, de quien camina con la luz de Cáceres, de quien marcha hacia la genuina luz de Cáceres… En cualquier lugar, a cualquier hora, en uno y rincón, por sus caminos y surcos… Una luz hechizante y fascinante…

Piérdete, caminante, mejor en la noche de luz de cualquier estación del tiempo, y comprenderás el sortilegio histórico-artístico de Cáceres y su recreación, que han renacido con el tiempo. Una Ciudad Medieval de lujo y fantasía. 

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LUZ DE CÁCERES. PUERTA DEL RICO O ARCO DEL CRISTO

Camina, entonces, deteniendo tu sentimiento, en el esplendor de la Ciudad Medieval. ¡Qué luz por la Muralla árabe, el Adarve de la Estrella, la Plaza de Santa María, la Casa Mudéjar, la Cuesta de la Compañía, el Aljibe, el Palacio de las Veletas, sobre la Alcazaba almohade, la Puerta del Postigo, torres defensivas cristianas y árabes, el Arco del Cristo, que rezuma el sabor de la romana muralla y el Foro de los Balbos, donde se alzaba una de las puertas cuando la vieja Norba Caesarina. El Hospital de los Caballeros, el Balcón de los Fueros, la iglesia de San Mateo, sobre una mezquita, campanas que espantan a un vuelo asustadizo y acelerado a cernícalos y vencejos.

Un desfile de casas hidalgas cacereñas, la Judería, entre estrechos callejones sefardíes, y su barrio, San Antonio de la Quebrada, con ermita sobre una sinagoga, donde una deslumbrante luz reverbera en sus casitas encaladas, calles con nombres como Amargura, de la Gloria, del Mono, Callejón del Gallo, la Calleja del Moral, Rincón de la Monja, amplias plazas, estrechas y angostas callejuelas Algunas empedradas a manos de moros de la morería 

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LUZ DE CÁCERES. PALACIO TOLEDO MOCTEZUMA

También, entre fachadas platerescas, góticas, renacentistas, portadas adinteladas, con sillares almohadillados, espadañas, matacanes, arpilleras, escudos y blasones heráldicos de familias nobiliarias, almenas, barbacanas, saeteras, balcones esquinados, llamativas gárgolas, ventanas ojivales, faroles, con preciosa luz que amarillea la noche, leyendas pétreas por los siglos Esta es la casa de los Golfines, “Vanitas vanitatum et omnia vanitas” (1), “Aeterna memoriam iustorum” (2), “Ave María”, hornacinas, como la de la Puerta del Río, patios herrerianos, mudéjares, renacentistas, toscanos, con claustros porticados…

Uno se enamora de la luz de Cáceres como una estampa sagrada de vida. Una luz abierta a todos, infinita y diversa, variopinta, siempre hermosa de toda hermosura, como los cielos, los sueños, los paisajes…

Como se llena del sabor de Cáceres y de su luz, alcanzando a tocar ese haz de luz, con todo un abanico de tonalidades que se estampan por las paredes, los balcones, los portalones, los esquizados de callejuelas retorcidas y plazoletas, como esa misma, dorada intensa, cuando el sol quema, que tocas el granito y pareciera ardiente en tardes de estío… 

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LUZ DE CÁCERES. GOLFINES Y SANTA MARIA

Una reflejo entre imágenes que se da cita una y otra vez, con ese pálpito de quien busca la luz de Cáceres como fuente de pasión arropado por la muralla de la Ciudad Histórico-Artística, de quien encuentra el candor anímico y espiritual como manantial de la propia luz de Cáceres, de quien pasea, camina o se detiene con la vista, con el corazón embargado y asidos a la luz de Cáceres, de quien lo hace exultante por la fuerza de los rayos de la propia luz, preciosa siempre, bajo el haz donde se siente Cáceres, aún con los ojos alumbrados por la luz que se impregna sobre la ciudad…

Cáceres es luz. Genuina, plenamente cacereña, más bella que la belleza, expandiéndose hacia todos los confines en esa Ruta de la Luz de Cáceres… ¡Cuán bella ilumina tu luz en el sortilegio medieval de Cáceres…!

¡Qué magia la que se encuentra más allá, al otro lado del telón de esa escenografía de la realidad y hechizo, sublime, que se engalana por todos los rincones de la ciudad eterna cacereña! Por uno y otro tiempo histórico, en uno y otro lugar, a una y otra hora, por todos sus caminos y surcos, en todas las direcciones, con la compañía de la lluvia, con sol radiante, cobijados entre sombras, envueltos entre nieblas, con calores, con fríos, con el misterio del encanto sorprendente a cada paso, siempre, a cada palmo, con la luz de Cáceres. Una luz hechizante, fascinante, radiante

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LUZ DE CÁCERES. ADARVE DE NOCHE

Con una riqueza que impresiona siempre. Ayer, en los cauces de la Historia y su legado entre raíces judaicas, de la morisma y de la cristiandad; hoy, avanzando desde Cáceres, serpenteando por sus callejuelas y plazoletas, y hacia la esencia de Cáceres, su recinto amurallado, soberbio de esplendor; mañana, como un cielo infinito de luces Siempre, en Cáceres, el rito y el ritmo de su luz perpetua…!

Si me permites, viajero, no te pierdas un solo rincón, ni un segmento tan siquiera de rayo de luz, ni un solo palmo de sus muros, ni una sola de sus piedras, que se dan cita como el tercer conjunto histórico monumental europeo. Accede y penetra por ese callejero impregnado de luz y de luces, aprovecha esa inmensidad de luz, escucha el concierto del silencio y el encanto, de la luz cacereña, penetrante, entre esas piedras gigantes, y sitúate, entonces, en aquel Cáceres en el punto de encuentro con la Edad Media y el Renacimiento.

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LA LUZ DE CACERES. BALUARTE DE LOS POZOS

Uno se enamora de la luz de Cáceres como una estampa sagrada de vida por ese conjunto abierto de calles y plazas. En lo más profundo del corazón. Toda una luz con sus juegos de magia, infinita y diversa, variopinta, hermosa de toda hermosura, como los campos, los horizontes, los cielos, los parajes y los paisajes sacrosantos de todos y cada uno de los miles de rayos, que convergen y zigzaguean cada segundo, bajo el prisma multicolor de las bellezas, de los misterios, de la fascinación por todas las siluetas cacereñas pintadas, desde siempre y, sin embargo, a cada instante, por el esplendor de la luz

¡Qué brillo de luz en, de y sobre Cáceres…! Tanta y tan excelsa, que todos los cacereños la llevamos grabada de por vida en nuestro corazón, como se le alberga a los visitantes en su interior. 

Siempre la luz inolvidable en el viajero y caminante intramuros de la Ciudad Medieval de Cáceres.

Caceres

La ciudad de Cáceres, con más de 2.000 años de antigüedad, es Patrimonio de la Humanidad, por la UNESCO, desde 1986, Tercer Conjunto Monumental de Europa, uno de los  conjuntos urbanos medievales más hermosos del mundo, cuenta un amplio conjunto de palacios, iglesias, adarves, plazoletas, callejuelas, casas nobles, conventos, plazoletas, adarves, torres defensivas, miradores, abriéndose, desde siempre a la luz, al colorido, al turismo, a la fascinación más sorprendente, para admiración de visitantes.

Fundada por Cayo Norbano Flaco, como Norba Caesarina, tras el paso de los visigodos, fue conquistada  a los musulmanes por el rey Alfonso IX en el año 1229. Una amplia secuencia de argumentos y de estampas tal como consta y queda enmarcada en las páginas de la historia de Cáceres.

LA LUZ DE CÁCERES

  La ciudad cuenta, hoy, con 96.000 habitantes, siendo el turismo uno de los sectores de mayor relevancia gracias al hechizo que imana de la Ciudad Medieval, lo que da paso a una amplia red de hoteles, restaurantes, platos típicos, como migas, chanfaina y caldereta, venta de productos típicos como jamones y chorizos, así como dulces, entre los que sobresalen las perrunillas, los mantecados, los pestiños y las roscas de alfajor.

Igualmente dispone de campus universitario, Escuela Oficial de Idiomas, Escuela de Bellas Artes, Conservatorio Profesional de Música… 

Es de señalar que la Semana Santa de Cáceres, de una extraordinaria sensibilidad, en su imaginería, como el Cristo Negro, de mediados del siglo XIV, Jesús Nazareno y otros, en sus desfiles procesionales y en sus recorridos, fundamentalmente los que discurren por el escenario histórico-monumental cacereño, se encuentran plagados de una extraordinaria belleza y hermosura.

Cáceres también forma parte de las Redes Caminos de Sefarad, por la Vía de la Plata.

Entre sus principales eventos se pueden citar la celebración anual del Festival Womad, de música étnica, con intérpretes de diferentes partes del mundo y con variados escenarios por el Casco Histórico-Monumental, el Otoño Musical, el Certamen de Teatro Clásico, el Mercado Medieval de las Tres Culturas…

  1. “Vanidad de vanidades y siempre vanidad”
  2.  “La memoria de los justos es eterna”.



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